28 junio, 2016
Ser ciudadano propositivo implica saber jugar sin balón y entender que el protagonismo es positivo cuando indefectiblemente hay que tirar a gol, pero que en muchas ocasiones, en pro del equipo hay que jalar la marca, defender y hacer pantallas.
Es decir, abonar al desarrollo de la participación ciudadana es actuar indirectamente para de esta manera también provocar impactos y repercusiones que logren el objetivo, sin estridencia.
Comparto dos ejemplos publicados en los diarios estatales de mayor circulación en sus respectivas ediciones de hoy, en donde se reseñan los esfuerzos de varios consejeros ciudadanos de Morelia en torno a sendas causas nobles. Aunque sus nombres no son mencionados, sus buenos oficios propiciaron la formulación de política pública municipal.
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